La ciudad de México es una entidad progresista, amigable y enorme…le falta lo multicultural (como Nueva York), pero en general, en esta pequeña ciudad, la mujer puede ser libre, protegida y apoyada —en la mayoría de los casos— en su salud sexual y reproductiva frente a otras entidades donde tienen prohibido tener sexo antes del matrimonio, donde tienen que vivir con su esposo macho y violento, donde les tienen prohibido acceder a un aborto voluntario, aún en casos de violación.
En la ciudad de México escuchas hablar en las calles inglés, coreano, chino, francés, portugués y muchas variantes del español con acentos argentinos, colombianos, venezolanos (y cada día los ves más), panameños, norteños, costeños, yucatecos y demás. En las escuelas, tus hijos conviven por niños nacidos en otros países, en otros estados y de otras ciudades.
Tal vez por eso, cada día más mujeres de otras latitudes vienen al país y directamente a la ciudad de México a practicarse una interrupción legal del embarazo. Aquí, se han practicado 205 mil 580 abortos legales y profesionales, desde 2007, en las clínicas del gobierno capitalino.
Pero también hay organizaciones privadas que brindan el servicio, acompañado de consejería psicológica, anticonceptiva y familiar. Por eso cada día más organizaciones ofrecen sus servicios en inglés, incluyendo los servicios públicos de la Ciudad de México. Tenemos dos variantes, la primera son mujeres extranjeras que vienen a estudiar o trabajar a la ciudad de México o al país y de pronto tienen un embarazo no deseado; la otra variantes son mujeres que no viven en la ciudad de México o en el país y solo viajan para practicarse un aborto. ¡Todas son bienvenidas!
La mayoría de las mujeres (83%) son solteras, le siguen las casadas, luego están la madres soltera, las divorciadas y la viudas. Cerca del 95% de las usuarias de este servicio viven en la ciudad de México, el resto de Edomex, Puebla, Hidalgo, Morelos, Querétaro, Michoacán, Jalisco, Veracruz, Oaxaca y Guanajuato. ¿No hay de Monterrey?
Casi no, y no es porque no aborten, sino porque es más fácil para ellas viajar a Texas y someterse a un procedimiento allá, donde nadie las conoce, donde pueden irse de compras bajo ninguna sospecha. ¡Ah! pero solo las mujeres ricas tienen esos privilegios.
“Sé de muchas mujeres que se van de fin de semana a Texas, supuestamente de compras, pero en realidad se someten a un aborto, es un secreto a voces”, me cuenta Haydee, una amiga ingeniera que reside en esa entidad desde hace un par de años.
Sin embargo, en Nuevo León, viven cerca de un millón de personas en pobreza alimentaria (así que es falsa aquella frase que dice que “donde comen dos comen tres”) y más de 170 mil viven en pobreza extrema.
A pesar de las restricciones, las mujeres deben saber que no importa donde vivan, todas pueden venir a la ciudad de México por un aborto legal y seguro.
Por Guadalupe Camacho, periodista y académica mexicana