A partir del 19 de diciembre próximo, Texas aplicará nuevas directrices sanitarias que obligarán a cremar o enterrar los fetos que son abortados, independientemente del periodo de gestación y sin importar las causas que lo produjeron.
Bajo las nuevas directrices de la Comisión de Salud y Servicios Humanos ( HHS ) de Texas, el estado prohibirá a hospitales, clínicas de aborto y otros centros de salud desechar esos restos en rellenos sanitarios y se asegurará de que éstos sean cremados o enterrados.
Las nuevas reglas serán adoptadas sin cambios, luego de ser propuestas en julio pasado y tras ser sometidas a meses de comentarios públicos, dos horas de audiencia y más de 35 mil notas presentadas a la HHS .
Los funcionarios de salud precisaron que las nuevas reglas no se aplicarán a los abortos que ocurren en el hogar.
Explicaron que acatando preocupaciones de confidencialidad, los certificados de nacimiento o de defunción no serán requeridos para la “disposición apropiada” de los restos bajo las nuevas reglas.
La Comisión de Salud y Servicios Humanos ha sostenido que las directrices resultarán en “una protección reforzada de la salud y la seguridad del público”.
Sin embargo, los nuevos requisitos generaron la indignación y molestia de los grupos y organizaciones defensoras de los derechos reproductivos de la mujer, que acusaron a los funcionarios estatales de empujar regulaciones innecesarias.
Mujeres que sufrieron abortos espontáneos o que perdieron hijos en el útero han cuestionado por qué el estado haría que sus situaciones fueran más difíciles al promulgar los requisitos.
Proveedores de servicios médicos, incluyendo la Asociación Médica de Texas y la Asociación de Hospitales de Texas, también han planteado preocupaciones acerca de quién asumiría los costos asociados con la cremación o el entierro, cifra que puede alcanzar varios miles de dólares en cada caso.
Ohio, Carolina del Sur y Misisipi han establecido también reglamentos que exigen la incineración o entierro de los restos fetales.
Los reglamentos son vistos como un nuevo intento de Texas de limitar la práctica del aborto.
En junio pasado, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos declaró anticonstitucional una estricta ley estatal que pretendía restringir el aborto, al imponer a las clínicas que proveen este procedimiento los estándares de un hospital.
La ley, que había sido promulgada en el 2013, obligaba a las clínicas de aborto a cumplir con los estándares de un hospital, incluidos tamaños mínimos de habitaciones y puertas, tuberías de anestesia y otras infraestructuras.
La ley exige también que los médicos que practican abortos contaran con privilegios de admisión en un hospital de cirugía mayor dentro de 30 millas (48 kilómetros) del sitio donde se ubica la clínica.
Sólo un puñado de clínicas de aborto de Texas, todas ellas ubicadas en las principales áreas metropolitanas, cumplían con esos estándares.
Obligar a una mujer a pasar por una situación como esta es solo una estrategia para «castigarla» por no querer continuar con un embarazo no deseado. En Marie Stopes respetamos la decisiones de las mujeres respecto a una interrupción legal del embarazo pues cada mujer y su historia es única.
Con información de El mañana