Todos conocemos a alguien que está muy mal informado sobre temas que pesan mucho en nuestra sociedad. Temas que aunque los veamos día a día, siguen siendo un secreto o un tema incómodo en muchas familias: que la prima Paty ya se embarazó y no ha terminado ni la secundaria, o que mi amiga Bere tiene verruguitas, pero como no sabe ni qué son ni con qué se cura, pues da igual… al rato se quitarán; o que mi compañera de trabajo ya se peleó con el novio otra vez trae un ojo morado… y cuando conocemos historias que son tan cercanas a nosotros, o que incluso nosotros mismos ya lo hemos vivido, nos llena de impotencia el saber que eran situaciones perfectamente evitables, si hubieran contado con la información adecuada y oportuna.
Esa es justo la labor que tiene un voluntario en Marie Stopes: difundir información sobre salud sexual y reproductiva, uso de métodos anticonceptivos, prevención y detección de infecciones de transmisión sexual, Interrupción legal del embarazo, violencia en el noviazgo, etc.
Ser voluntaria/o te permite desarrollar sensibilidad social frente a estos temas, acercarte al problema y verlo desde una perspectiva distinta. Permite también comprender mucho mejor la realidad de las personas con las que trabajas, aprender también de ellas y sentirte comprometido con la realidad actual.
Mi experiencia en Marie Stopes ha sido bastante enriquecedora. Debo aceptar que al principio entré escéptica frente a lo que sería donar tiempo para una ONG. Mi primera experiencia fue en un stand en la UAM Azcapotzalco, y siendo tímida al acercarme a la gente, no me sentía tan cómoda yendo a regalar condones mientras explicaba qué servicios ofrecíamos y por qué lo estábamos haciendo… pero me fui dando cuenta que no sólo yo sentía pena al acercarme por primera vez a alguien… notaba que había personas que les incomodaba que una completa extraña les empezara a hablar de métodos anticonceptivos, infecciones de transmisión sexual y de Interrupción Legal del Embarazo, pero también noté la falta de información que tenemos todos nosotros frente a temas de sexualidad.
Ser voluntaria me ha llevado a comprender mejor la realidad de México, dónde estamos parados como sociedad en temas de sexualidad, pero sobre todo, qué estamos haciendo para cambiarlo. El hecho de poder ir a dar una sesión informativa de infecciones de transmisión sexual, por dar un ejemplo, y que al final de la clase alguien te tenga la confianza suficiente como para que se acerque a preguntar más sobre el tema, representa una tremenda satisfacción, y no sólo eso, sino que sabes que realmente estás siendo un agente de cambio.
Aún queda mucha información que compartir, y créanme que no va a ser fácil en una sociedad como la nuestra, pero cuantas más personas seamos, más rápido podremos notar un cambio, empezando desde mostrar que no somos indiferentes, que somos solidarios con el otro, y como sociedad, lograr mayor justicia y equidad social.
Texto de Gabriela Áviles