La educación sexual formal previene el abuso infantil, aseguró la sexóloga Rosa Luisa Acuña Rendón, secretaria de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Femess), quien destacó que los principales agresores de los menores suelen ser familiares.
Entrevistada por La Jornada en el foro La Educación Sexual para una Sociedad Incluyente en México, indicó que la mayoría de las víctimas de este delito son niñas. «Aproximadamente por cada cinco niñas, dos niños son abusados, y son ellos los que más callan» la situación.
Apuntó que los infantes agredidos callan no sólo por las amenazas que reciben, sino porque no tienen una enseñanza en el tema de sexualidad y el abusador les hace pensar que si cuentan lo que ocurre «nadie les va a creer».
Apuntó que los padres deben inculcar en los infantes que no deben ser tocados en sus genitales ni ser obligados a que toquen a otra persona en esa zona u otras partes del cuerpo que les provoque molestia.
«Es muy conveniente decirles que nadie les puede tocar sus genitales, más que ellos mismos o la persona que los asea, si es que están cómodos con ello. Cuando ya tienen edad para bañarse, ellos mismos van a decir ‘me baño solo'».
Precisó que no existe alguna edad en la que los niños son más propensos a estas situaciones. «Lamentablemente el abuso ocurre en todas las edades y puede darse, por ejemplo, cuando llegan visitas a dormir a la casa (de parientes o amigos). La situación es tan fuerte que hay quienes han sido víctimas de abusos los 18 años de su vida y siguen callados».
La experta detalló que la mayoría de las ocasiones son familiares cercanos: «padres, abuelos, tíos y hermanos. Hay niñas que reciben abuso de sus hermanos mayores, a quienes la mamá les encarga su cuidado. Él manda y decide. También ocurre en las escuelas: lo hace la gente que cuida a los niños, como las niñeras. Por eso debemos proporcionar al niño educación sexual, para que se sepan proteger y denunciar, si es el caso».
De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, 75 por ciento de quienes ejercen abuso sexual contra infantes son hombres, 88.5 son conocidos de las víctimas, 50.4 son familiares; 11.5 son amigos de la familia; 6.2 alguien que no conocía, pero lo había visto antes, y 5.3 un vecino. La edad promedio de quien ejerce el abuso es de 30 y medio años, expone en el Cuarto Estudio de Maltrato Infantil de 2012.
Otro estudio del organismo refiere que alrededor de «120 millones de chicas por debajo de los 20 años; es decir, una de cada 10, ha sufrido una violación u otra forma de abuso sexual». El análisis fue efectuado en 190 países.
Sobre las consecuencias del abuso sexual en niños, Acuña Rendón indicó que van desde las «muy graves, con daño físico, como desgarres y lesiones de la vulva y útero, y algunas situaciones que pueden provocar la muerte por penetraciones violentas; también puede haber casos de ahogamiento por alguna situación en boca».
Si por un abuso las niñas resultarán con un embarazo no deseado, deben saber que pueden ejercer su derecho a la interrupción legal del embarazo por violación.
Con información de La Jornada.