Acaba de pasar la fecha en que todo se pinta de rosa a fin de llamar la atención en torno a la prevención y diagnóstico temprano del cáncer de mama.
Octubre se pinta de rosa y hay sartenes, tazas, lápices, toallas, zapatillas y tenis de color rosa en cada aparador.
Octubre se pinta de rosa y todos traen un moñito cruzado en la solapa del traje, allí muy cerca del corazón.
Octubre es, para muchas mujeres, el recuerdo de la lucha que hacen contra la enfermedad oncológica —cada 30 segundos se diagnostica una mujer con cáncer de mama en el mundo, de acuerdo con la OMS—, pero también hay una lucha contra el estigma y el abandono.
“Mi esposo me dejó en cuanto supo el diagnóstico, y ni siquiera me dio la cara. Simplemente desapareció. Me abandonó, pero también dejó a mis hijos que tanto lo aman”, dice Sandy, de 35 años, quien tienen dos hijos, una de dos y otro de seis.
“Cuando le comenté que me quitarían el seno y me darían quimioterapias, ni siquiera me volteó a ver, me hizo sentir que era mi culpa y solo dijo: ‘una mujer sin senos no es mujer’”, me cuenta entre un llanto contenido.
“Ahora, lo que más me importa es salir adelante por mi y, por supuesto, por mis hijos. Mi familia es la que me ha apoyado porque ahora no puedo hacer todo lo de antes: llevar a mis hijos a la escuela, cocinarles, limpiar la casa, salir a trabajar…”, comenta Sandy.
En México, los tumores de mama se han convertido en la primera causa de muerte por cáncer. Incluso, es la segunda causa de muerte entre mujeres de 20 a 50 años de edad. Además, 20% de los diagnósticos se hacen tempranamente, en contraste, Japón y Estados Unidos tienen 70 a 80% de esos diagnósticos tempranos. Por ello, el cáncer de mama mata a miles de mexicanas cada año en el país.
¿Por qué los hombres abandonan?
Un número importante de mujeres enfermas (crónicamente o no) son abandonadas por sus parejas. “Y no importa si es cáncer u otra enfermedad, pero es una constante”, lamenta la psicoterapeuta familiar, Esther Cisneros Quirarte, presidenta de la Fundación contra el Cáncer A. C.
La terapeuta dice que: “cuando una pareja no está bien cimentada, y llega una crisis, ésta hace estragos en la relación y puede haber una fractura. Pero también hemos visto que parejas que parecen sólidas y felices se separan cuando hay una enfermedad en ella, y yo creo que socialmente los hombres mexicanos no están capacitados para que acompañen a su pareja en la enfermedad. Ellos poco saben de cuidados y protección en estos casos. En contraste, cuando el hombre se enferma —e incluso está a punto de morir— la mujer poquísimas veces lo abandona, se queda con él y lo ayuda a salir adelante”.
Cisneros Quirarte menciona que “a los hombres no se les da ese rol de cuidador, sin embargo, cada día las nuevas generaciones de varones hacen cambios y muestran su compromiso con su pareja, pero la realidad actual las mexicanas con cáncer de mama sí son abandonadas”.
La experta dice que son tres los momentos en los que la pareja entra en crisis: la muerte de algún hijo, el nacimiento de los hijos (sí el nacimiento planificado o no, hasta parece contradictorio) y la enfermedad de algún miembro (padres o hijos) de esa familia.
Por Guadalupe Camacho, académica y periodista mexicana