La palabra sororidad se ha vuelto cada vez más común en las redes sociales en México. No está en el diccionario de la Real Academia Española, pero es un término feminista que se utiliza desde hace cuarenta años. La antropóloga y política mexicana Marcela Lagarde, una de las máximas estudiosas y promotoras del concepto en español, lo define en un ensayo como «el apoyo mutuo de las mujeres para lograr el poderío de todas».
Este término surgió en el movimiento feminista en Estados Unidos durante los años setenta. La escritora y activista estadounidense Kate Millet acuñó el término sisterhood (fraternidad de mujeres) para promover el feminismo sin distinción de clases sociales u origen étnico, según un artículo de la revista The New Republic. Más tarde, las feministas francesas de esa época adoptaron en término traducido al francés: sororité (del latín soror: hermana), según un artículo de la revista L’Obs.
A pesar de no tener una definición oficial en español, un reporte de 2013 de la RAE muestra que la palabra ha sido buscada en su diccionario en línea 5.413 veces. El término también ha ha presentado un incremento de búsquedas en Google desde México entre principios de 2015 y principios de 2016, según la siguiente gráfica.
Nélida Padilla, psicóloga y educadora sexual de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, explica a Verne que difusión de este concepto es importante para acabar con las agresiones machistas entre las mujeres. “Los hombres tienden a agredirse de forma física, pero a las mujeres no se les permite eso, por lo que expresan sus agresiones a través de frases como eres fea, te ves gorda o ¡cómo te vistes así!, que incluso se dicen entre familiares”, dice en entrevista telefónica. Esas también son formas de violencia de género”.
La rivalidad y hostilidad entre mujeres no proviene del instinto sino que es aprendido, asegura la investigadora. “Tanto hombres y mujeres podemos expresar una rivalidad por nuestro insisto de cortejo, que de hecho es más fuerte en los hombres que en las mujeres”, explica. “Pero la agresión entre las mujeres no tiene que ver con eso, es resultado del patriarcado que les ha enseñado que son valiosas cuando le pertenecen a alguien. Por eso sienten la necesidad de competir con otras mujeres por la atención de un hombre y culpan a la mujer cuando su pareja les es infiel, por ejemplo”.
Joanna Gutiérrez, una de las directoras editoriales de la revista digital Antes de Eva, está familiarizada con este tipo de frases e ideas. “Las escuchamos en nuestras casas o en los lugares de trabajo”, comenta vía telefónica. «Cuando contamos un caso de acoso, nos dicen cosas como, Pues cómo no te van a molestar si traes esos shorts. Desgraciadamente esto es parte de la vida cotidiana. Este tipo de violencia se ha normalizado».
Para contrarrestarlo, Gutiérrez y Karen Cymerman, la otra editora de Antes de Eva, lanzaron en su página de Facebook los #sororitips: consejos para promover el apoyo entre las mujeres en distintas situaciones, como ayudar a las víctimas de acoso sexual a denunciar la agresión o evitar esparcir rumores sobre la vida sexual de otras. Estas publicaciones se han compartido cientos de veces desde finales de 2015.
Gutiérrez asegura que la respuesta a su campaña ha sido positiva. “Muchas mujeres se identifican con las situaciones que presentamos. Incluso algunas que no se consideran feministas están de acuerdo con el mensaje, pues nadie quiere recibir críticas por su vida sexual o sentirse desprotegida cuando sale de noche”, dice. La editora agrega que aunque muchas mexicanas aún no sepan qué es el término sororidad, es más común verlo en práctica en las redes sociales. “Cuando publicamos algo en Facebook, a veces recibimos amenazas o nos llaman feminazis en los comentarios, pero muchas mujeres nos defienden», comenta. «Creo que se está formando una comunidad fuerte en nuestra página.”
Para algunas mujeres no será fácil aceptar la sororidad, dice Padilla: “He recibido comentarios de mujeres que creen que la sororidad es imposible. Creo que estas ideas provienen de una falta de conocimiento y entendimiento de la situación en la que se encuentran las mujeres en la sociedad. Las invitaría a cuestionar esta situación y a pensar de dónde se origina y por qué existe. La unión entre mujeres crea mucho poder y por eso se han invertido esfuerzos por prevenir que esto suceda. Debemos hacer esta reflexión pues, al final del día, es en las ideas contrarias de una minoría donde se gestan los movimientos”.
Una de las razones del rechazo de este concepto es porque ha sido malinterpretado, opina Catalina Ruiz-Navarro, columnista y una de las conductoras de (e)stereotipas, un blog sobre feminismo. “Una de las cosas más bonitas del movimiento feminista es todo el disenso y todas la corrientes distintas que hay en su interior”, dice vía telefónica. “Pensaría en plantear una sororidad donde todas intentamos llegar hacia un mismo lado, pero también entendamos que somos distintas, venimos de lugares distintos, y pensamos de forma distinta. La sororidad tiene que ver con darse cuenta de estas diferencias. Es una idea muy poderosa si es bien aplicada”.
Una gran parte de ser feminista es darle a otras mujeres la libertad de elegir cosas que no necesariamente elegirías para ti, como es el caso de un aborto legal. Si sabes de alguna mujer que requiera del acceso a un aborto legal y seguro, no dejes de compartirle que es un derecho abortar por voluntad propia en la ciudad de México, no importa de que estado sea.
Con información de Verne de El País.