¿Qué tan peligroso puede ser el éxtasis sexual? Pedazos de carne se intercalan a través de movimientos súbitos como las patas de un insecto escabulléndose. Fuertes truenos hacen eco en la cueva en la que ambos viven su amor salvaje. Sus labios chocan y los muslos se azotan desatando un ardor dulce en cada uno de sus nervios; el gozo parece infinito. Los pezones se endurecen y la abrumadora danza erótica está a punto de finalizar. Él, escurriendo de sudor, se aleja del cuerpo de su pareja para sugerirle una nueva forma de terminar: con un beso.
Eyacular dentro de la boca de ellas es la fantasía de muchos, misma que la pornografía propaga al por mayor en sus escenas, pero para nada es la mejor manera de terminar una sesión sexual. Durante mucho tiempo se pensó que esa era una buena opción para tener sexo «seguro», pero múltiples expertos aseguran que hacerlo tiene riesgos similares a los de tener relaciones sin protección alguna. A través del semen es posible contraer múltiples enfermedades de transmisión sexual. La peor parte es que ahora hay una nueva y peligrosa versión para esta práctica y se trata de pasarse el semen entre la pareja con un beso: el beso blanco.
¿Qué es el beso blanco?
Con ese nombre se le conoce a la acción de recibir la eyaculación del hombre en la boca y después trasladar el semen hacia la suya por medio de un beso francés. Esta acción ha ganado popularidad en los últimos años debido a que en Internet navega esta práctica en todos los sitios pornográficos con total normalidad. Este intercambio de fluidos a través de la lengua ha llamado la atención de la población más joven; esto es preocupante porque, de acuerdo con distintos reportes, la actividad es muy riesgosa y casi nadie lo sabe. El sexo oral sin preservativo no es ninguna práctica segura. Cualquier contacto entre los órganos sexuales, fluidos corporales (secreción vaginal y semen) y la sangre, puede resultar en el contagio de una ITS, como herpes, sífilis o VIH.
¿Cuál es el riesgo del beso blanco?
No ha sido posible identificar en números el riesgo de adquirir una ITS por medio del sexo oral. De acuerdo con los expertos, depende de la actividad y responsabilidad sexual de cada una de las personas que lo practiquen así como de su salud bucal. Es decir, si en la boca existen heridas expuestas o recientes es más probable que haya peligro de infección.
Supongamos que un hombre sano y su pareja (quien desconoce tener una ITS) practican el beso blanco. Aunque él no la penetre, si ella tiene alguna lesión que sangre dentro de su boca, el contacto entre su pene y la herida abre la posibilidad de contraer el mismo virus. En otro escenario, si él tiene sexo vaginal con ella y decide terminar en su boca es probable que el pene porte fluidos vaginales, así que al compartir todos estos mediante un beso él queda igual de expuesto.
¿Cómo reducir los riesgos?
Realizar sexo oral con condones de sabor es la mejor opción, más si se trata de alguien con distintas parejas sexuales. También existen otras opciones para las mujeres, como el condón femenino; no obstante, el mejor escudo es tener criterio para decidir qué, cómo y con quién hacerlo. Es imperativo no practicar el beso blanco justo después de lavarse los dientes.-Se recomienda una revisión discreta del órgano de la otra persona para ver si no existe alguna anomalía. Se aconseja no tener contacto sexual durante el periodo menstrual.
Todas las recomendaciones anteriores son para quienes gozan al dar o recibir el semen en la boca. Practicar sexo oral sin terminar es de mucho menos riesgo; aunque también puede liberarse líquido preseminal, el cual trae las mismas consecuencias. Tragar el semen representa el mismo peligro, debido a que en la garganta puede haber lesiones que aumenten el riesgo de contagio.
A la mayoría de los hombres les parece excitante la idea de dar un beso blanco, pero para llegar al éxtasis no es necesario hacerlo. Durante mucho tiempo se pensó que este intercambio de fluidos era inofensivo, pero sólo es menos peligroso que el coito cuando se trata del contagio de una enfermedad de transmisión sexual. Es necesario conocer a la persona con la que tienes relaciones sexuales para saber cuál es el riesgo que corres de contagiarte, sólo al tener la seguridad de que todo está en orden podrás disfrutar de tu sexualidad plenamente.
Recuerda realizarte pruebas de Infecciones de Transmisión sexual por lo menos cada 6 meses al año.
Con información de Cultura Colectiva.