Las mujeres, al igual que los hombres, tienen deseos e ímpetus sexuales. Sin embargo, se reconoce mucho más la práctica sexual masculina que la femenina. Es decir, se cree que las mujeres “buenas” no piensan en sexo, no lo practican (salvo para tener hijos, eso se creía en los tiempos de mi abuela) y no se autoerotizan (masturban), pero sabemos que todo ello es mentira.
Puesto que cada día más mujeres jóvenes y maduras han abierto los ojos y han luchado por abrir espacios para que se reconozca el goce “carnal” (como dicen los religiosos) de las féminas.
Así que allí te van algunos consejos para incrementar tu libido y así disfrutar, incrementar el orgasmo femenino y gozar tu vida sexual.
Comencemos por lo primero: estar sana. Una mujer sana es una mujer feliz sexualmente. Y no me refiero únicamente al cuerpo sino también a la mente. Para tener una vida sexual efectiva deberás sentirte bien. ¿Qué tal si te haces un check up médico? y también te quitas de la mente todos esos tabúes y prejuicios en torno a tu sexualidad: tener sexo es parte de la vida sana, siempre y cuando lo hagas de forma responsable ¡A nadie le dan ganar de ‘hacerlo’ con dolor de cabeza o de estómago! Así que chécate.
Segundo: tener un cuerpo listo para el placer. De nada sirve que tengas ganas de tener sexo si tu vagina huele mal, secreta algún flujo raro o tienes dolor cada que practicas el coito. Así que vale la pena ir con el ginecólogo a que le den una revisión general y profesional a tus genitales: externos e internos. Y de paso que revisen el norte: los senos, que también juegan un papel importante en la salud sexual.
La tercera recomendación es elegir un anticonceptivo, o mejor dos. El primero es para ti para que no te embaraces, puedes utilizar la píldora, el DIU o SIU, el parche, el anillo vaginal, o el implante hormonal, lo que mejor te acomode. El segundo anticonceptivo es para ambos: un condón si tienes una pareja hombre, el condón se lo debe poner sí o sí. Y si tienes una pareja mujer, que use una sábana de látex, para que no se transmitan alguna infección de transmisión sexual. Podrás disfrutar del sexo sin miedo al embarazo o a que contraigas alguna infección.
Flojita y cooperando es la cuarta recomendación. Hay algunos elementos que te pueden ayudar a aflojar el cuerpo y eliminar el estrés mental: una copa de vino o una cerveza, leer poesía erótica, tomarse fotos desnudos (que luego eliminarás para que no caigan en manos ajenas o no te hagan “porno venganza”). También se pueden masturbar juntos.
No hay quinto malo. ¿Oh si? Debes elegir una pareja con la que sientas ganas de tener sexo… No se trata de tener hijos, sino orgasmos. Así que busca un lugar apropiado para disfrutar: el sillón, tu cama, la cama de alguien más, la ducha, dentro de tu auto… el sexo no deberá ser el clásico de “abrir las piernas y hacerlo rápido”, salvo que tú así lo decidas.
Sexto: la mujer lleva el control. Es común que el hombre sea quien dirija el acto “amatorio-carnal”, pero ya no. De lo que se trata es que disfrutes (como mujer) del sexo, entonces tu llevas el control de cuánto jugueteo previo necesitas, cómo te gusta la penetración (si te gusta), cómo te sientes mejor durante el sexo oral. Si quieres hacerlo en determinada posición… en fin que tú decides ¡No lo olvides!
Séptimo: sin miedos. El sexo es un asunto de placer, no se trata de que sufras, tengas miedo o te entristezcas tras “el acto”. Para que esto no ocurra debes tener sexo protegido con alguien que te guste, de forma discreta (el mundo no tiene por qué enterarse de tu vida sexual) y que sea gozoso. Nadie debe obligarte, humillarte, presionarte, atacarte o molestarte para que tengas sexo con esa persona.
Ocho: sí no te gustó esa paraje, cámbiala. ¡Puedes tener sexo protegido con otra pareja! O bien ¡Darle oportunidad a la misma pero hablándolo: “no me gustó que te vinieras rápido”, “me gustan más los besos franceses”, “es mejor si vamos más despacio”, “¿buscamos otro lugar para hacerlo?”… en fin lo que necesites para TU vida sexual.
Nueve: placer más placer. Tener una vida sexual no sólo está relacionada con una pareja, también puedes tener una serie de juguetes y juegos eróticos que te hagan inmensamente dichosa a ti solita, los puedes usar en tu habitación, en la ducha, en “tus días”, en tus noches. Incluso, puedes (si lo deseas) compartirlos con tu pareja o disfrutarlos en solitario. El autoconocimiento de tu cuerpo y de tu sexualidad te empoderará y sabrás lo que te gusta, cómo te gusta y con quién te gusta.
Llegamos al diez: el sexo no es perfecto porque lo hacen personas imperfectas. Y no requieres un cuerpo de modelo para tener sexo. Puedes tener sobrepeso, vellos en axilas y piernas, puedes usar lentes, puedes gemir chistoso o divertido o muy cachondo, ¡no importa! Lo que sí importa es tener buena higiene, cuidarte mucho para evitar embarazos no deseados, ser feliz y divertirte.
Por Guadalupe Camacho, periodista y académica mexicana