La periodista Guadalupe Camacho nos comparte su experiencia respecto a una de las consecuencias más tangibles de un embarazo adolescente. Recuerda que puedes acercarte a Marie Stopes para obtener un método anticonceptivo de largo plazo y así evitar los embarazos no planificados.

 

Los vecinos de arriba, un matrimonio y sus tres hijos adolescentes, nunca hacían ruido, incluso si te los encontrabas en el elevador, o en cualquier otra área común del condominio, te saludaban con una voz muy tenue, casi imperceptible. Pero de pronto ese silencio terminó, porque uno de los chicos embarazó a su novia (también adolescente) y se la llevó a vivir al departamento.

A partir de entonces, las peleas eran continuas y cada vez más agresivas. Y es que ¡vivir seis personas en un departamento con dos recámaras no debe ser fácil! Los padres ocupaban una habitación y los tres hermanos la otra (no sé dónde acomodaron a la chica y al bebé). ¡Qué difícil, qué incómodo, qué molesto, qué tristeza para los recién llegados!

Pero llevarse a la novia embarazada a casa de los padres no sólo fue la “gran idea” de mi vecino; sino que es una “solución” común entre los adolescentes que aún dependen económicamente de sus padres, pero que cursan con un embarazo.

¿Por qué buscan esta “solución”? Las adolescentes son expulsadas —incluso con agresión física y verbal— de sus casas por “traicionar la confianza de sus padres”. Y si no tienen dónde vivir aceptan irse a casa de sus suegros. O bien a los adolescentes varones se les obligan a “hacerse responsables” de su “mujer e hijo”. Algunos incluso dejan la escuela y los ponen a trabajar de lo que sea con tal de ganarse unos pesos para a leche, los pañales, las medicinas y todo lo que necesitan los recién nacidos. Tal vez por eso 60% de los adolescentes que tienen hijos en México viven en pobreza.

Pero vivir en casa de alguien más siempre puede ser un problema, no sólo para los adolescentes sino también para los adultos. Las casas ajenas sólo deben ocuparse por máximo tres días y después es importante salirse. No hay necesidad de vivir de arrimado en una casa en dónde todo es desconocido, nada es propio y además se puede vivir con agresiones no sólo para la chica sino también para su hijo.

Así, en 2015 de acuerdo con el INEGI, se registraron 86 mil 567 matrimonios de niños y adolescentes en México, y 90% de ellos tuvo como causa un embarazo no planificado.

Si bien algunas adolescentes embarazadas son acogidas como hijas de sus suegros, la gran mayoría no la pasa bien en casa ajena. Lo ideal, es que si vas a tener sexo con tu novio uses un anticonceptivo que te proteja de un embarazo. Así vivirás en tu casa, dormirás en tu camita por muchos años más, podrás abrir y cerrar el refrigerador a tu antojo, bañarte con calma, ver tus programas de tv preferidos y un largo etcétera. En tu casa nadie te tachará de arrimada, de oportunista ni de puta.

 

Con información de la periodista Guadalupe Camacho

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