Desde tiempos ancestrales la cultura china ha creado diferentes prácticas relacionadas al manejo consciente de la energía sexual y emocional para enseñarle al ser humano a disfrutar su existencia plenamente. En ese sentido, el taoísmo aportó toda una filosofía, que entre muchas cosas, se encargó de enaltecer el sexo como una vía hacia la iluminación.
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Para los principios del Taoísmo en el ámbito sexual, el orgasmo femenino y masculino es sumamente importante, cada uno representa algo distinto, es un proceso energético y mental mas que corporal. Una de sus bases establece que “Sin coito, el Shen (corazón) no puede alcanzar su plenitud y la energía Yin-Yang queda bloqueada”.
Gran parte de las enseñanzas sexuales del taoísmo se encuentran escritas en el Su Nu King, texto que contiene las conversaciones del Emperador Amarillo, personaje mitológico chino cuya existencia se estima alrededor del 2600 a.C.
Algunos de los temas que aborda el Su Nu king son: la abstinencia, la eyaculación, la impotencia y las posiciones sexuales. Sin embargo, lo más interesante es encontrar entre sus líneas que la mujer juega un papel de subordinación ante el hombre. Por ejemplo, se le aconseja al varón no limitarse a las relaciones de monogamia, al contrario, debe tener relaciones con mujeres jóvenes y bellas que no hayan concebido aún. Incluso era la esposa quien debía ofrecer a su marido. Sin posibilidad siquiera de sentir celos, pues era sinónimo de estar enfermo.
La mujer era considerada también como “la enemiga”, inclusive es vista así en innumerables citas del Ishinpō, el texto médico japonés más antiguo. Aquella denominación puede deberse a que el acto sexual era una asimilación de la superioridad masculina por parte de la mujer, o a que los taoístas nombraron al acto sexual “la batalla del robo y el fortalecimiento”. De cierta forma es lógico pensar que un encuentro sexual se asemeja a un enfrentamiento entre dos personas que combinan maniobras para debilitar al enemigo.
Una de las creencias del Taoísmo dice que la mayor cantidad energética del hombre se concentra en su semen, que equivale a su quintaesencia. Perderlo desmedidamente provoca debilidad vital, lo que conlleva a enfermedades, fatiga, o envejecimiento prematuro. Por lo que uno de los pilares de la práctica sexual taoísta es la retención del semen.
Para lograr esa compleja hazaña, el hombre debe recurrir a la “inyaculación”, proceso en el cual, el mecanismo neurofisiológico (relacionado al orgasmo) se separa del físico, (relacionado a la eyaculación). Básicamente el hombre debe concentrarse para no eyacular, conservando al mismo tiempo el orgasmo. Incluso se cree que el semen retenido viaja a través del cuerpo hacia el cerebro para fortalecerlo. Estos son algunos métodos para lograrlo:
-Obstaculizar la salida del semen, bloqueando con los dedos la zona del perineo, entre el escroto y el ano.
-Retirarse antes del orgasmo.
-Al momento del orgasmo el hombre debe detener la penetración para evitar la eyaculación, pero puede permanecer dentro de su pareja. Aquello se logra mediante la respiración. La energía debe dirigirse hacia la base de la columna y luego hacia la mente.
Por otro lado, al momento del encuentro sexual, la mujer vive un fenómeno llamado “La gran absorción orgásmica”, que le permite experimentar su conexión con el Tao, el origen de la vida, por medio de su útero, considerado en el Taoísmo como una especie de “antena dimensional”.
Aunque lo ideal es que la mujer logre experimentar “los nueve orgasmos”, ya que de esa forma logrará hacerse una con el Tao. Se dice que aquella sensación equivale a sentir una “pequeña muerte”.
En cuanto a las posiciones sexuales, los monjes taoístas solían atribuir a cada una de ellas un poder de sanación. Realizarlas de la manera correcta puede beneficiar la salud masculina y femenina. Estos son algunos ejemplos:
El dragón giratorio
La mujer se acuesta sobre su espalda para ser penetrada diez veces, ocho impulsos leves, y dos profundos. Después el hombre gira las caderas de un lado a otro para estimular la parte superior de la vagina. Este método reforzará la salud femenina.
El tigre al acecho
La mujer se coloca en cuatro puntos, alzando los glúteos y agachando la cabeza. El hombre penetra ocho veces lo más profundo posible. La acción se repite cinco veces. Se cree que de esa forma la mujer nunca enfermará y el hombre será más fuerte.
El mono peleón
La mujer se acuesta sobre su espalda y coloca las piernas sobre los hombros de su pareja. En esta posición la mujer se mueve hasta alcanzar el clímax. Este método tiene el poder de curar las cien enfermedades.
La tortuga remonta
La mujer se acuesta boca arriba y dobla las piernas a modo que las rodillas toquen su pecho. El hombre la penetra a media profundidad y luego hasta el fondo. El acto termina hasta que la mujer alcanza el clímax. Se cree que este método provoca que el hombre recupere sus fuerzas.
Los peces frotan sus escamas
El hombre se acuesta boca arriba y la mujer se acuclilla frente a él, la penetración es profunda. Conservar la posición el mayor tiempo posible. Este método cura las enfermedades que se relacionan a la excesiva acumulación de mucosidades.
Actualmente existe en Occidente una gran aceptación hacia las costumbres taoístas, en especial hacia el método del control de la eyaculación, ya que podría resultar útil para el control de disfunciones sexuales.
Con información de Cultura Colectiva.