Soy padre de tres hijos y no quería tener más, por lo que me practiqué la vasectomía. Me informé al respecto y estaba tranquilo ya que se trata de un procedimiento ambulatorio (de entrada por salida) y los cuidados eran mínimos. Eso sí, aún con esta información, llegas con una cara de espantado por no saber qué va a pasar, pero lo único que sentí fue cuando colocaron la anestesia, y un poco la manipulación. Después de eso a guardar reposo y ponerse hielo, cosa que yo no aguanté tanto, así que lo estuve usando por ratitos, y el reposo ese si hasta de más jajaja.
Recuerdo que cuando le platicaba a mis amigos, la mayoría por desconocimiento solo se dedicaban a burlarse al respecto, pero también me preguntaban de que se trataba la vasectomía, y les explicaba que solo era cortar un conducto y con eso evitabas tener hijos no deseados, lo demás seguía funcionando igual. No tiene nada que ver con la castración.
Ya sabes, pasé por todos los sobrenombres habidos y por haber: que el canderel: endulzo pero no engordo, que si ya cerré la fábrica, que si el parque de diversiones, etc, etc.
¿Qué cambio en mí? Nada. Mi estado físico regresó a la normalidad en unos días. Solo por 3 meses debía seguir usando algún otro método anticonceptivo ya que aún tenía dentro del conducto semen con esperma. Actualmente en mis relaciones sexuales sigo produciendo semen como normalmente lo hacía, solo que sin esperma.
Ahora soy corresponsable en el tema de planificación familiar, disfruto más de mis encuentros sexuales y sin preocupaciones de un embarazo no deseado.
Testimonio de Jorge.