Mucho se habla de la sexualidad femenina e incluso existen infinidad de artículos, libros y manuales acerca de dónde y cómo estimular a la mujer, pero ¿quién habla de los hombres? Pareciera que tratándose de ellos, la sexualidad se limita exclusivamente a la genitalidad, como si no fuese un todo, como si no existiera el cuerpo, como si ellos no involucrarán los sentimientos.
Antes de cualquier estimulación previa, en Marie Stopes te invitamos a que tú y tu pareja se protejan con un método anticonceptivo de largo plazo si es que no están buscando embarazarse.
¿Alguna vez alguien se ha detenido a preguntar qué pasa con ellos? ¿Existe un manual para estimularlos? O ¿Cuáles son sus zonas erógenas?
Existen diversos mitos con relación a la sexualidad masculina. Los más comunes son:
*La zona erógena del hombre sólo es el pene.
*A lo hombres no les gusta el juego precoital, sólo van a lo que van.
*Eyacular es sinónimo de orgasmo.
*Los hombres no involucran sentimientos en la relación sexual.
Con base en lo anterior, podemos desmitificar esta información enfatizando que: todo el cuerpo masculino es un paisaje erógeno y que los hombres también son capaces de disfrutar todo el juego previo, y aún más cuando hay un vínculo afectivo de por medio. Un estudio realizado en México en 2011 asevera que de una u otra forma los hombres expresan afectividad en sus prácticas sexuales, y se preocupan por comunicarla, en especial a sus parejas.
Asimismo, tomemos en cuenta que la erección o eyaculación no es sinónimo de haber disfrutado o tenido orgasmo, ya que el placer es subjetivo porque cada quien lo experimenta de forma distinta. Y que llegar al orgasmo en todos los encuentros sexuales, no es obligatorio y no por ello quiere decir que no se haya disfrutado.
Es muy común escuchar que para que haya una relación sexual “completa”, el común denominador siempre será la penetración. Esto no es nada cierto. La relación sexual va más allá de la mera penetración; incluso, hay ocasiones que por diversos factores no queremos que haya penetración y esto no hace menos placentera la relación sexual, pues abrimos la posibilidad de vivir un encuentro de manera más íntima y placentera. Si te has permitido esta experiencia seguro sabes a lo que me refiero; y si no, nunca es tarde para empezar a vivirlas. Con una vez que la realices te vas a dar cuenta de los beneficios para tu vida sexual y tu relación con la otra persona.
Una vez aclarados estos puntos, hablemos de dónde tocar…
Es verdad que el cuerpo masculino tiene diversas zonas erógenas que al ser estimuladas resultan muy placenteras. Algunas de ellas son:
1. Tres puntos especiales: rostro, tórax y órganos sexuales pélvicos externos.
2. Pene: Es la zona en la que mayormente se concentra el placer y, por ende, se siente con mayor intensidad. La región con mayores terminaciones nerviosas es el glande (cabeza del pene), así como el frenillo. De manera que reacciona con rapidez a la mínima estimulación.
3. Escroto (bolsa donde están contenidos los testículos): Son en extremo sensibles. Sin embargo, a muchos hombres les encanta ser acariciados en esta zona. Al igual, durante el sexo oral, se le puede prestar especial atención con los labios y la lengua. Es importante tratar con cuidado el escroto, dado que es delicado y un mal movimiento puede causar dolor.
4. Perineo: Está ubicado entre el pene y el ano. Estimular esta zona mediante masajes, caricias y sexo oral puede provocar la erección y, en ocasiones, un orgasmo intenso.
5. Punto P: Se refiere a la próstata, por ello su nombre. Se localiza en la parte interior del recto, encima de perineo y debajo de la vejiga. Se estimula de manera interna (directamente en la próstata a través del ano). Se pueden utilizar los dedos o ayudas sexuales. Toma en cuenta que el ano es un esfínter, por lo que no es recomendable que la estimulación sea directa, sin una excitación previa. Para empezar, es primordial relajarse y lograr que se dilate poco a poco la zona con movimientos circulares. Es importante utilizar lubricante y condón en el dedo que se va a introducir. Nunca se debe forzar porque puede provocar un desgarre severo. Estimular el punto P durante el coito vaginal (misionero) o el sexo oral (digamos un 69), incrementa el placer.
Si bien es cierto que estimular las zonas mencionadas anteriormente resultará placentero, también lo es el hecho de que el encuentro se vuelve enriquecedor cuando existe un vínculo afectivo con la otra persona. No nos responsabilicemos por el placer del otro, pero compartámoslo, conozcámoslo, escuchémoslo, seamos observadores, estemos pendientes de sus reacciones ante ciertos estímulos para saber si vamos por buen camino, y así disfrutar en conjunto de esta experiencia.
Hagamos a un lado todas esas creencias, prejuicios y estereotipos que se tienen de la sexualidad masculina. Ellos también sienten, pero les han enseñado que no hablar de ello les ayuda a perpetuar su identidad masculina.
Este aprendizaje no sólo viene de las mujeres sino también de los hombres. Mostremos empatía y preguntemos ante cualquier duda. No hay mayor conexión que la que se logra de esta manera con el otro. Te invitamos a que te aventures al viaje de descubrir el paisaje erótico masculino, esta experiencia puede resultar de lo más placentera y fortalecer aún más como pareja.
Con información de Cultura Colectiva