La periodista Guadalupe Camacho nos reitera, a través de sus propia experiencia, que la mujeres no estamos hechas para «satisfacer» las expectativas de los hombres. En Marie Stopes pensamos como ella ¿tú qué opinas? Te invitamos a leer su texto:
Hace poco un galán gringo me dijo que mi trasero era perfecto para el tamaño de sus manos. Que no sobraban ni faltaban centímetros, que mis nalgas estaban a su “medida”…. ¿qué onda con esos comentarios?
Sin importar la nacionalidad, los hombres creen que las mujeres estamos “hechas” para ellos. O nunca han escuchado algo así como: “Dios te hizo para ser la madre de mis hijos”, “Esa mujer está tal y como me la recetó el doctor”, “Tu cuerpo combina con mi recámara”, “Arréglate mamita para que vean la calidad de hembra que traigo al lado”, “Tus piernas le van bien a mi bigote”, “Dios hizo a la mujer para el goce del hombre”, “Acá está tu media naranja, tu complemento”…
A ver señores, las mujeres no estamos hechas para ustedes. ¡Para nada! Nosotras compartimos (si queremos y nos viene la gana) el cuerpo que tenemos con la pareja en turno, pareja que puede ser ¡hombre, mujer o quimera!. No se crean los protagonistas de la película. No crean que todo lo que está alrededor de ustedes es suyo, para su goce y beneficio. No, no, tampoco Dios nos sacó de su costilla para acompañarlos en el andar de su vida, para ver si se les ofrecía algo. ¡Bah!
Las mujeres no estamos hechas a la medida de tal o cual varón. Por favor, no sean ilusos, altivos ni mamones. Los cuerpos de las mujeres no tienen la dimensión, extensión, tamaño, talla, volumen, proporción, escala o envergadura para servirles en el sexo. Ya que somos seres individuales que estamos hechas para, en principio gozar nuestro propio cuerpo, nuestro propio erotismo, nuestra propia sexualidad y si es el caso compartirla.
Así que no hagan esos pinches comentarios que sólo hacen que una se moleste. O a poco nosotros les decimos: “Ponte faja mi amor porque se te sale la panza chelera”, “No seas malito, píntate el cabello, esas canas sólo le van bien a George Clooney, van a decir que ando con mi abuelito”, “A esa verga como que le faltó crecer, ¿no?”.
Algunos hombres creen que sólo porque tenemos tales tallas y volúmenes debemos estar con ellos. Por eso, cuando estos cuerpos cambian de dimensión y de volumen, los hombres se sienten traicionados y optan por hacerle la vida imposible a la mujer con sus comentarios machistas, por ejemplo: “desde tu embarazo como que tus senos se vinieron abajo” o “como que ya no se siente lo mismo tras tus tres partos”. O bien, no les hacen bullying, pero si las abandonan y buscan mujeres más jovencitas y perfectitas al gusto del caballero. ¿Que no?
Señoras y señores, una cosa es cuidar el cuerpo y mantenerlo en forma y otras es querer que uno tenga las dimensiones de una actriz porno. ¿A poco ustedes ofrecen lo mismo: abdomen de acero, espalda cuadrada, cero grasa, dientes alineados y brillantes, vergas grandes, duras y dispuestas día y noche?
Con información de la periodista Guadalupe Camacho,