Que haya anticonceptivos no significa que los y las adolescentes y jóvenes sepan utilizarlos; por ejemplo, recuerdo que un amigo, cuando íbamos en la secundaria, preguntó en una clase de educación sexual: “después de abrir el condón me lo tengo que poner con el prepucio ¿para arriba o para abajo?». Tras su pregunta, la enfermera pidió un plátano y mostró cómo ponerlo, en la siguiente clase todos deberían llevar un plátano para saberlo colocar.
Así que, existan los preservativos, las píldoras anticonceptivas, el anillo vaginal o el DIU (y todos los demás anticonceptivos) no significa que ya somos expertos en usarlos y colocarlos de forma efectiva. Es como cuando manejas por primera vez un automóvil, entre más lo manejes más sabrás controlarlo y podrás evitar tener accidentes.
Pues lo mismo ocurre con el uso de anticonceptivos, lo primero que debes hacer es tocarlos, conocerlos, verlos en “vivo y a todo color”. Si estás pensando en tener sexo es importante que antes practiques: ponle un condón a un plátano o a un palo de escoba, pide anticonceptivos orales y tómatelos antes de tener sexo (tendrás que tomarte la píldora un mes, 15 días o una semana antes de comenzar tu vida sexual), tienes o no la oportunidad de utilizar un anticonceptivo de largo plazo como el DIU o el implante.
No puedes ir a la cama sin un anticonceptivo bajo el brazo o la almohada, sería como decía mi abuela materna: “vas a la guerra y no llevas fusil”.
“Hoy en día, la gente dice: ‘no entiendo por qué los jóvenes se embarazan si tienen muchos anticonceptivos. Para empezar no los tienen, porque están en las farmacias o en los centros de salud y no, no te los regalan (en los centros de salud públicos a veces no hay). Pero también seamos honestos: ¿cuántas veces les hemos enseñado a los adolescentes y jóvenes a usarlos?, pregunta la ginecóloga Raffaela Schiavon Ermani, experta en temas infanto-juvenil.
¿Qué papá, maestro, médico, pediatra, enfermera o educador sexual ha mostrado cómo se coloca (en un pene de plástico o cualquier otro objeto con la una similitud al pene erecto) un condón delante de un adolescente? Incluso, el condón es lo más fácil de usar, no me imagino cuando se hable del anillo vaginal o de óvulos con espermicida.
Educación sexual integral ¿por dónde comenzar?
Antes de decir “se embarazan porque abren las piernas” bien vale la pena explicar que la educación sexual integral está conformada por:
1. Dotar a los adolescentes de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les permitan desarrollar una visión positiva de la sexualidad.
Por eso tener sexo no es malo, no es pecado, ni te irás al infierno si no estás casado “como dios manda”. Además, la sexualidad no es sinónimo de amor y bien puedes tener sexo protegido con una persona que no será tu pareja para toda la vida.
La sexualidad debe ser ejercida con responsabilidad, es decir, utilizar siempre un anticonceptivo que te proteja de un embarazo no deseado y de una infección de transmisión sexual. Para eso es necesario que los y las adolescentes y jóvenes tengan en sus manos la variedad de anticonceptivos y se les enseñe cómo usar, cuándo usarlos, dónde usarlos y cómo retirarlos.
Entre más exposición tengan a los anticonceptivos, más sabrán cuál usar y cómo. No es lo mismo tener información de anticoncepción que conocimientos en anticoncepción.
2. Desarrollar habilidades sexuales para la vida.
La sexualidad no es un asunto menor, es como la nutrición: tienes que elegir bien tus alimentos para no enfermar de obesidad, diabetes o hipertensión. Pues lo mismo es con la sexualidad, los conocimientos son muy importantes puesto que tener uno o dos o cinco hijos tendrá un gran impacto en tu vida futura.
Las habilidades para el uso de anticonceptivos no son para un momento (el coito) sino para el resto de tu vida, puesto que si te enfermas, es posible que te contagies de un padecimiento incurable; o que te embaraces y no tengas acceso a un aborto seguro.
La persona que tiene mucho sexo no es la más experta, sino que la que tiene sexo y no se embaraza ni se enferma, ¡esa sí que es experta!
3. Darles acceso de acuerdo a su entorno social.
No es lo mismo ser un adolescente de la ciudad de México a un adolescente de una comunidad rural de Oaxaca, los dos quieren tener sexo, pero no tienen las mismas oportunidades para lograr ejercer su sexualidad sin miedo, tabúes, acceso a anticonceptivos y conocimientos en torno a ellos.
Así que cada grupo deberá tener educación sexual de acuerdo a sus necesidades y su entorno social. No se le puede pedir a una adolescente rural e indígena que no se embarace si no tiene una clínica cerca, una farmacia en su pueblo o padres informados y amorosos.
También es importante conocer que muchas de estas adolescentes se embarazan por vivir en un entorno violento, donde no tienen la capacidad de elegir con quién quieren tener sexo, cuándo y dónde. ¡Sí hay muchas mexicanas que no tienen la capacidad de elección, ellas siguen siendo un objeto, una persona sin voz ni voto!
Por Guadalupe Camacho, @Lupichick, periodista y académica mexicana