La periodista Guadalupe Camacho nos comparte anécdotas sobre los hombres y la vasectomía. Cualquier hombre mayor de 18 años puede acercarse a Marie Stopes para realizarse la vasectomía sin bisturí. Se trata de un procedimiento sencillo, que no dura más de 10 minutos.
Hace poco fui a la clínica cercana a mi casa para vacunarme contra la influenza, y en la sala de espera del lugar, se encontraba una pareja discutiendo respecto de la vasectomía. “Amor ¿qué te cuesta? es gratis y en 20 minutos terminará”, argumentaba la mujer. “Eso dicen siempre los doctores y a la mera hora siempre duele, además estoy seguro que ya no sentiré igual”, decía ignorante el señor de unos 45 años.
“Pues quieras o no, te la vas a hacer, voy a sacar al cita, porque estoy cansada de las píldoras y el parche”, dijo ya enojada la señora. “Primero preguntamos, y si me convence el doctor me la hago”, concluyó el señor.
¿Qué onda con los señores? Siempre diciendo pendejadas respecto de la vasectomía. Esa situación me hizo recordar a un roomie que un día comentó: “Si mi novia se embaraza, pues la ayudo con las cuentas y las compras para el bebé. Porque yo odio a los niños, me caen mal”, y yo: “No, pues que chingón eres”, le contesté con ironía.
Tras unos meses de esa conversación, llegué una noche a casa y le propuse: “Oye, tu que no quieres tener hijos por qué no te haces una vasectomía, yo te la consigo gratis”. “No chaparra, cómo crees”, respondió. “¿Por?”, pregunté.“Pues qué tal si me duele”, dijo pendejamente. “Te aseguro que no te dolerá, te prometo que nada de dolor sentirás, (él tenía sendos tatuajes en su cuerpo así que el dolor no era la excusa) incluso durará menos de 15 minutos el procedimiento, no te costará nada, te recuperarás casi de inmediato. ¡¡¡Y gratis!! ¿cómo ves?, ¿te animas?”, le expliqué entusiasmada.
Claro que mi ex roomie no aceptó. “De lengua me como un taco”, la vasectomía es un asunto que no le interesa a los mexicanos, a los latinos en general. En contraste en Holanda, Canadá y Dinamarca se registran el doble de vasectomías frente a la ligadura de trompas o salpilgoclasia.
Así como mi ex roomie un gran número de amigos, conocidos, parientes y anexas buscan evitar a toda costa participar en la anticoncepción. “Eso es asunto de mujeres”, afirman. Excusan dolor, que ya no sentirán igual, que se les quitarán las ganas, que perderán la potencia, que les da pena, que no tienen tiempo, que no funcionará. En fin… hay mil excusas, ¿qué, no?
La realidad es que el machismo, la ignorancia y la apatía son constantes en el tema de vasectomía. Por ejemplo, mi actual pareja dijo que se haría la vasectomía hace más de un año y aún es el día en que no saca cita con el médico. ¿Por qué pasa esto? Sencillo, porque nosotras lo permitimos, pero también somos nosotras las que cargamos con el resultado de una mala anticoncepción: embarazos no deseados. Por ello, somos nosotras, las mujeres, quienes finalmente tomamos las riendas de la anticoncepción.
Sueño, sí sueño, que los varones de México y del resto de América Latina se hagan más vasectomías, que al menos se acerquen y pregunten. Mi pareja, finalmente, y bajo amenaza (sí ellos funcionan de otra manera) le preguntó a uno de sus amigos “¿qué se siente?” “Nada” respondió su amigo.
Con información de la periodista Guadalupe Camacho